viernes, 26 de septiembre de 2008

De los préstamos*

Cuando la gente me pide algo prestado, muuuuy dentro de mi emerge el deseo de no prestar las cosas,pero mi corazón de pollo muchas veces cede ante la insistencia del solicitante, pero el prestar cosas de poco valor (economicamente:llámese plumas, lapiz, bla bla y demás instrumentos de diseño) es en realidad mala idea, pues seguro el solicitante les encontrará menos valor, y no te las regresará. Si tan sólo fueran de valor probablemente manejarías el equipo con cuidado y delicadeza y no dudarías en regresarlas a su dueño.
Siempre me pasa, es una de mis desgracias más frecuentes, aunado a lo furiosa que me hace perder una pluma o un lápiz, más aun una goma. Si. lo sé, extraño pero cierto.
Y es que mi última desgracia fue con un compás. Yo de lindabonitaybella personita lo presté, ¿y qué paso?, que pues obviamente no me lo devolvieron, y si a esto le sumamos mi memoria a corto plazo...caos, pues para cuando lo necesitaba urgentemente me percaté de que no me lo habían devuelto, pero eso no es lo peor, si no que YOOOO tuve que buscar al individuo que se amponeo mi compás que me era sumamente necesario para adelantar un trabajo.
En fin,tuve que ir a conseguir otro compás con adaptador (el más barato que encontré) para hacer mi trabajo. Ahora ya tengo toda una colección de compases 2 con adaptador y uno normalito.
No vuelvo a prestar nada.ash.

Fin.

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